La abundancia, o los que para muchos es tener dinero - que eso no sería abundancia- parece ser siempre una problemática en vez de nuestro estado de Ser,
Este es un derecho por ser hijos de Dios...que seamos plenos y abundantes, desplegar nuestro poder creativo es nuestro estado natural.
Sin embargo, desde mi experiencia, lograr llegar a un estado de Ser, lograr la confianza en Dios es el primer escalón para que todo sea dado, ya que está allí, dispuesto a que nos abramos a ello.
Muchas son las técnicas que pude hacer cuando el "dinero" era un gran tema y ocupaba toda mi pantalla, y qué me impedía incluso, disfrutar de los pequeños logros. Gracias a estas técnicas, que en realidad no apuntan a que uno se haga rico, pude darme cuenta que era yo quien estaba impedida, era yo quien me bloqueaba por no sentirme merecedora. Era yo quien en un estado de absoluto estado de desagradecimiento, impedía que las infinitas posibilidades y puertas se abrieran. Gracias a estos ejercicios: de Effortless Prosperity, La Magia y los Mantras de Bob Mandel me inclinaron a sospechar que verdaderamente era mi identidad pobre y superviviente que ya no era funcional. Ser hijo de Dios implica que el sufrimiento y el sacrificio son ideas que sí requieren un juicio.., abandonarlas por el sano juicio. Ser abundantes no es hacer rituales o rezar pidiendo desde el miedo o cambiando de posición los muebles de la casa, ser abundantes implica un salto, un salto hacia una identidad brillante, una identidad que me concede Dios.
Aquí les dejo el primer ejercicio de los mantras de Bob Mandel
Este es un derecho por ser hijos de Dios...que seamos plenos y abundantes, desplegar nuestro poder creativo es nuestro estado natural.
Sin embargo, desde mi experiencia, lograr llegar a un estado de Ser, lograr la confianza en Dios es el primer escalón para que todo sea dado, ya que está allí, dispuesto a que nos abramos a ello.
Muchas son las técnicas que pude hacer cuando el "dinero" era un gran tema y ocupaba toda mi pantalla, y qué me impedía incluso, disfrutar de los pequeños logros. Gracias a estas técnicas, que en realidad no apuntan a que uno se haga rico, pude darme cuenta que era yo quien estaba impedida, era yo quien me bloqueaba por no sentirme merecedora. Era yo quien en un estado de absoluto estado de desagradecimiento, impedía que las infinitas posibilidades y puertas se abrieran. Gracias a estos ejercicios: de Effortless Prosperity, La Magia y los Mantras de Bob Mandel me inclinaron a sospechar que verdaderamente era mi identidad pobre y superviviente que ya no era funcional. Ser hijo de Dios implica que el sufrimiento y el sacrificio son ideas que sí requieren un juicio.., abandonarlas por el sano juicio. Ser abundantes no es hacer rituales o rezar pidiendo desde el miedo o cambiando de posición los muebles de la casa, ser abundantes implica un salto, un salto hacia una identidad brillante, una identidad que me concede Dios.
Aquí les dejo el primer ejercicio de los mantras de Bob Mandel