He leído infinidad de libros sobre los vínculos afectivos, aquí hablaré de los más íntimos, al que hemos denominado Amor.
Es un tema largo y arduo ya que cada uno trae consigo un paquete (o muchos) sobre lo que consideramos como término Amor, sobre lo que pensamos es " un vínculo", sobre lo que creemos que tendremos en una relación y ... lo que esperamos del otro.
Después de todos estos mandatos y castillos de naipes, nos encontramos en la vida repitiendo palabras, pensamientos y situaciones con un otro al que desconocemos.
Somos estructurados en situaciones que no valen la pena y creemos ser flexibles cuando en realidad nos polarizamos al descuido personal.
Entiendo que para muchos estar en pareja es un dolor de cabeza. En mi caso nunca fue coser y cantar. En mi fuero íntimo tampoco creo que lo sea.
Lo que si tenemos y en grandes dosis es miedo. Miedo de que el otro descubra mi parte oscura, miedo de qué hará después de que se entere, temor de haberme equivocado en mi elección y de que la relación no se sostenga. Horror sobre lo vemos en el otro, esas espantosas heridas y pústulas que no han tenido cura ni atención.... y de las cuales no es consciente (claro que por entonces, la miopía en nosotros ha aumentado la graduación). Nos tenemos tan poco Amor a nosotros, tan poco... nos hemos traicionado tantas veces! ¿qué es lo que exigimos, entonces, a alguien que apenas conocemos y a veces reculamos para evitar un conocimiento profundo? ¡Qué pocas oportunidades nos damos para aprender en esta experiencia de compartir con un otro! La vida... ¿pasa? ¿Qué estoy haciendo para cultivar el Amor en mi vida si no le dedico ni un espacio en mi corazón? ¿Qué tanta compasión tengo por mí y... por el otro?
Es un tema largo y arduo ya que cada uno trae consigo un paquete (o muchos) sobre lo que consideramos como término Amor, sobre lo que pensamos es " un vínculo", sobre lo que creemos que tendremos en una relación y ... lo que esperamos del otro.
Después de todos estos mandatos y castillos de naipes, nos encontramos en la vida repitiendo palabras, pensamientos y situaciones con un otro al que desconocemos.
Somos estructurados en situaciones que no valen la pena y creemos ser flexibles cuando en realidad nos polarizamos al descuido personal.
Entiendo que para muchos estar en pareja es un dolor de cabeza. En mi caso nunca fue coser y cantar. En mi fuero íntimo tampoco creo que lo sea.
Lo que si tenemos y en grandes dosis es miedo. Miedo de que el otro descubra mi parte oscura, miedo de qué hará después de que se entere, temor de haberme equivocado en mi elección y de que la relación no se sostenga. Horror sobre lo vemos en el otro, esas espantosas heridas y pústulas que no han tenido cura ni atención.... y de las cuales no es consciente (claro que por entonces, la miopía en nosotros ha aumentado la graduación). Nos tenemos tan poco Amor a nosotros, tan poco... nos hemos traicionado tantas veces! ¿qué es lo que exigimos, entonces, a alguien que apenas conocemos y a veces reculamos para evitar un conocimiento profundo? ¡Qué pocas oportunidades nos damos para aprender en esta experiencia de compartir con un otro! La vida... ¿pasa? ¿Qué estoy haciendo para cultivar el Amor en mi vida si no le dedico ni un espacio en mi corazón? ¿Qué tanta compasión tengo por mí y... por el otro?
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