Existen dos formas de protegernos desde nuestro Cuerpo Causal. Una funcional y otra derivada de nuestra evolución espiritual.
- Protección Funcional: como el objetivo es que no nos llegue a la conciencia nada traumático, estas experiencias quedan guardadas en “grumos”, Todo lo que la persona no puede integrar quedará así, produciéndose quizás amnesias lacunares o bien personalidad múltiple. Se liberará paso a paso si la persona va elaborando y procesando su trauma hasta que se libere.
- Protección Aúrica Elevada: Este tipo de protección tiene que ver con el espesor de esta capa y por diferencia de vibración se rechaza o expele hacia arriba las energías nocivas.
Visualización de la Protección Aúrica.
Realizar este ejercicio una vez al día durante 3 meses para elevar la frecuencia vibratoria.
1- Repirar en forma lenta y profunda, en una postura relajada.
2- Imaginar un punto dorado en nuestro plexo solar (boca del estómago) y otro en el corazón. De estos puntos saldrá una luz dorada muy concentrada que tejerá un entramado a 45 cm de nuestro cuerpo.
3- Luego de ver estos escudos los extenderemos a tres metros de nuestro cuerpo, homogéneamente alrededor de todo el cuerpo.
4- Empezarás a sentir calor porque todo la séptima capa comenzará a comunicar el color dorado. Toda el aura se enciende de luz.
- Protección Funcional: como el objetivo es que no nos llegue a la conciencia nada traumático, estas experiencias quedan guardadas en “grumos”, Todo lo que la persona no puede integrar quedará así, produciéndose quizás amnesias lacunares o bien personalidad múltiple. Se liberará paso a paso si la persona va elaborando y procesando su trauma hasta que se libere.
- Protección Aúrica Elevada: Este tipo de protección tiene que ver con el espesor de esta capa y por diferencia de vibración se rechaza o expele hacia arriba las energías nocivas.
Visualización de la Protección Aúrica.
Realizar este ejercicio una vez al día durante 3 meses para elevar la frecuencia vibratoria.
1- Repirar en forma lenta y profunda, en una postura relajada.
2- Imaginar un punto dorado en nuestro plexo solar (boca del estómago) y otro en el corazón. De estos puntos saldrá una luz dorada muy concentrada que tejerá un entramado a 45 cm de nuestro cuerpo.
3- Luego de ver estos escudos los extenderemos a tres metros de nuestro cuerpo, homogéneamente alrededor de todo el cuerpo.
4- Empezarás a sentir calor porque todo la séptima capa comenzará a comunicar el color dorado. Toda el aura se enciende de luz.
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