jueves, 20 de mayo de 2010

Al principio era el Caos

Estamos atravesando como humanidad, un tiempo dónde aparece la  ruptura de muchas estructuras que nos sostenían hasta hace poco; hasta la "madre Tierra", Gaia, ya no es un lugar seguro.  La pérdida de estas estructuras nos enfrenta a un gran miedo, que hemos escondido muy en lo profundo: a perder nuestra identidad. Nuestra identidad (lo que cómo hábito hemos creído que somos, el cuento que nos contamos a nosotros mismos, ya es obsoleto) se siente amenazada porque todo afuera está en proceso de cambio. Los modelos de vínculos afectivos, la economía, la forma de encarar nuestra experiencia laboral ya no es lo que era, ya no son sitios seguros para reconocernos. ¿qué hacemos ante esta amenaza y no sentir miedo? Nos separamos, nos desvinculamos de lo que parece amenazante y una de la forma de manifestación acentuada en la actualidad es "vivir desconectados", es decir, estar en otro lugar: en el "limbo", evadiéndonos con cualquier cosa y no estar anclados en el ahora, en el cuerpo, en la vida. La experiencia de crisis de todo se vive con angustia o enojo que luego inevitablemente nos lleva a la depresión porque seguimos pensando que nuestro pequeño "yo" tiene que hacer algo para resolver este dilema. Una parte de nosotros se vuelve "loca" o se desespera e intenta re-editar los mismos tipos de vínculos, las mismas maneras de trabajo que invariablemente fracasan. Cada vez nos sentimos peor con menos.
Llegará un momento de rendición, dónde aparece el NO SE.... "no sé cómo enfrentar esta nueva situación"... Así como dijo Albert Einstein "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo", así será nuestra nueva realidad: diferente, distinta porque aceptamos que nosotros no podemos. Existe, está, la energía amorosa que es nuestra esencia que está allí siempre, que sólo con aceptar este Amor que somos, confomándonos con la felicidad y no con menos, en receptividad: la vida palpita y fluye en todos los ámbitos permitiéndonos ser y hacer al mismo tiempo. Lo bueno de este momento actual es el cambio; estamos en red  y con la posibilidad de comunicación para ayudarnos mutuamente a recordar que no estamos solos, somos Amor, somos uno. Bienvenido el cambio.

martes, 4 de mayo de 2010

Forma o no forma?

El corazón es ilimitado, es libre. Es desde la mente, cuando necesitamos certidumbre y seguridad, que se crean reglas, mandatos y por ende, limitación y separación... dualidad. El corazón no tiene miedo, nos habla de nuestra verdad que es la única válida, porque viene de nuestra experiencia. Podemos estar receptivos y abiertos al afuera, pero lo verdad proviene de nuestro interior. El desafío es dar un salto hacia lo profundo de nosotros y encontrar eso tan valioso que tenemos: nuestra esencia, nuestra grandeza, nuestro poder... y honrarlo.