martes, 23 de febrero de 2010

Conectarnos con la Tierra

La madre Tierra, la primera mujer, nos cobija, nos da sustento. El alimento y nos brinda la posibilidad de realizarnos en la materia.
  • Ubicar los pies paralelos entre sí (ancho de hombros).
  •  Flexionar las rodillas levemente para que la energía circule desde tus piernas al coxis.
  • Visualizar que desde los pies salen raíces que se hunden en la Tierra, perforando todo a su paso hasta llegar al núcleo cristal.
  • Visualiza que de las raíces sube por las piernas hasta la columna y esa energía alimentara tu interioridad. (color rojo).
  • Alza los brazos y siente como un rayo de energía luminosa atraviesa tu cráneo y baja por la columna (color dorado o blanco).
  • Ambas energías, la del cielo y la Tierra fluye por tu columna.
  • Baja las manos suavemente, inclinando la columna vértebra por vértebra, sin mover los pies.
  • Deja caer tu cabeza., y siente como la energía fluye desde los pies, coxis, columna y se abre en tus brazos para eliminar a la Tierra todo aquello que no te pertenece: miedos, ira, angustias.
  • Cuando sientas necesidad de incorporarte, hacerlo con cuidado y dándote tiempo..
  • Suavemente despegar los pies del piso y observar la sensación

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