miércoles, 16 de marzo de 2011

Ingobernable

¿Cuándo decimos que nuestra vida se ha vuelto ingobernable? Cómo decía Einstein, la locura es repetir los mismos errores intentando obtener resultados diferentes. Creo que no tenemos mucha lucidez en intentar cosas nuevas, siempre pensamos que algo todavía no hicimos, volvemos a andar el mismo camino. Y creemos que esta vez sí nos entregamos a un poder superior, pero cuando vislumbramos el fracaso jamás se nos cruza por nuestra mente que en realidad estuvimos transitando el mismo surco. Nos sentimos miserables, tristes por el objetivo no logrado o la forma que resultó no era la deseada. El no saber poner coto al accionar compulsivo, a la crítica desmedida (ajena o propia), a la desvalorización, a la negación, termina produciendo una vida caótica, o por lo menos en ciertos aspectos de nuestra vida.
Lo increíble es creer que podemos solucionarlo nosotros. Creo que nunca ponemos a la luz todos nuestras incapacidades y problemas... siempre existe algo que guardamos; por eso se hace difícil comprender el accionar. Recuerdo ayer estaba pensando: -¿y ahora que hago?- pensé confusa (gracias a Dios ya no caigo en el melodrama). Abrí el libro del curso de milagros en cualquier página, y como respuesta tuve el ejercicio 50: "El Amor de Dios es mi sustento", fue un mazazo. ¿En qué momento olvidé que ese es mi sustento? ¿cuándo me creí el cuento que el dinero, una relación, la familia, un buen trabajo, una sociedad bien integrada, un país seguro lo era?

No hay comentarios:

Publicar un comentario