jueves, 5 de agosto de 2010

Tiempo de volver a las fuentes

Los astros en el cielo (o quién?) han constelado una gran movilización para los habitantes de este planeta. Todos estamos bajo un gran baño de realidad, ya no es posible ignorar las consecuencias de nuestro comportamiento. Los mecanismos automáticos que salían tan fácil un tiempo antes, ahora no funcionan.
El momento en que "veo", me "percibo" es ineludible ahora. Todos, en más o en menos, estamos siendo concientes de nuestro hábito adictivo... de ser desdichados a toda costa.
En un momento en que tuve que elegir, en esta semana, un cambio muy rotundo (o quizás no tanto) en mi modo de vida... fue muy doloroso. Es que, inexorablemente uno se transforma en un ser, pequeño, abandonado, solo, indefenso y arrancado de aquello que suministra seguridad.
¿Por qué transformarnos en niños ante una situación a resolver o un conflicto? Jamás nos enfrentamos a éstas desde un ser adulto con recursos sino como un niño que es atacado o enfrentado a algo más allá de sus fuerzas. Si nos disociamos ante una situación y traemos a un niño para resolverlo, obviamente la resolución será ineficaz, dudosa e impreganda de mucha confusión y miedo. Aparecerán conductas evasivas o defensivas, sin tener en cuenta nuestra experiencia y trayectoria. Volver a nuestro centro, enfrentar las crisis como adultos, desde el ser lleno de conocimientos y amoroso que somos, nos permitirá cambiar la percepción de un problema. Mi pregunta es :¿qué es lo peor que te puede pasar si eliges....? Hay algo mucho más grande, paciente, amoroso y deseoso por nuestro bienestar que nosotros mismos.... ¿cuándo dejaremos de ser arrogantes y le permitimos actuar?

2 comentarios: